Macho Camacho: bravo, fuerte y decidido. Eso decía la portada de la Revista The Ring en Español colgada en el quiosco del amigo Wilder en la Avenida Larco, cerca a Schell. En la foto, el boricua posaba con mirada de asesino precoz, varias cadenas de oro colgándole del cuello y el cinturón superpluma del CMB ceñido a la cintura. Las páginas interiores de esa edición contaban cómo Héctor Camacho había ganado su primer campeonato mundial a los 21 años, aniquilando al mexicano Rafael “Bazooka” Limón. 

En la década de los ochenta, mi errática conducta académica me había llevado a un colegio de secundaria de escaso prestigio cuyas clases se impartían en las tardes. Eso me permitía dormir hasta el mediodía, con excepción de cada último viernes del mes. Entonces, me levantaba temprano para hacer el viaje en un microbus de la ruta Santa Felicia desde Monterrico a Miraflores en busca de la revista en la que descubrí que las historias más fantásticas del deporte estaban en el boxeo. 
Editada primero en Venezuela y luego en Miami, The Ring en español fue –junto con El Gráfico– la publicación responsable de haberme persuadido de mi vocación de periodista deportivo. Era la única fuente de información que teníamos los que seguíamos con obsesión el boxeo de la década de los ochenta y sus crónicas estaban escritas con un apasionamiento y rigor que en la presente época de inmediatez cibernética es muy difícil de hallar. 
Wilder, el amigo del quiosco, me separaba la revista todos los meses con una lealtad que ahora noto ausente en los vendedores de quiosco. Hace un par de años, cuando el 'Macho' Camacho fue asesinado en Puerto Rico, pasé por esa esquina de Schell y Larco. El quiosco de Wilder no existe más, pero yo todavía conservo mis Ring en Español.

Otras cápsulas:
-Demasiado bueno para ser campeón
-La noche de las equivocaciones