En la que puede llamarse la pelea más importante del año, mañana en Las Vegas Floyd Mayweather Jr. se enfrenta al argentino Marcos “El Chino” Maidana. Se trata de un combate de revancha, pues ambos boxeadores se vieron en el ring el pasado 5 de mayo, saliendo ganador por decisión el púgil estadounidense. Mayweather es el favorito, pero sus millones de detractores –quienes esperan con ansias el milagro de verlo derrotado por primera vez en su carrera– están a la expectativa de lo que suceda mañana a partir de las 11 de la noche de Lima en el cuadrilátero del MGM Grand.

GRAN BOXEADOR, MEJOR EMPRESARIO

Floyd recibirá unos 30 millones de dólares por el combate, pero se estima que su ingreso total, contando su participación en las ventas Pay Per View de televisión, taquilla y otros, estará cerca de los 70 millones. Es el deportista mejor pagado de nuestros tiempos, algo que no deja de llamar la atención teniendo en cuenta dos factores: el primero, su figura polémica como un individuo que tiene en su haber varios expedientes judiciales por violencia doméstica y que asume el rol de fanfarrón y patán con naturalidad. El segundo, el hecho que hay una idea generalizada de que el boxeo es un deporte en declive, sin figuras de relieve como antaño. ¿Si el boxeo está agonizando, cómo así puede Mayweather ganar más que Messi y Cristiano juntos?

Esta semana discutía el tema con mi gran amigo Rafael Tenorio. Peruano y profesor de economía en la Universidad De Paul de Chicago, Rafael sería un candidato fijo a un Ph. D. en conocimientos de boxeo si existiera uno (ya tiene uno en economía, por cierto). Nos conocimos hace muchos años intercambiando videos de peleas, y mientras se forjaba la amistad con la buena conversación pugilística, hemos visto de cerca toda la carrera del otrora ‘Pretty Boy’, ahora conocido como ‘Money’ Mayweather.

Coincido con Rafael en que Mayweather ha ganado estas sumas no solo en virtud de su innegable talento en el ring sino en gran medida por su habilidad para explotar un sistema –el de las organizaciones de boxeo– que hace mucho tiempo está desarticulado. Floyd (quizá mejor empresario que boxeador) es un producto de ese proceso de atomización que permite, por ejemplo, que haya varios campeones por cada categoría y que los mejores se enfrenten entre sí solo excepcionalmente. En la práctica, la AMB, el CMB, la FIB, la OMB, no son más que una suerte de califatos con precio de venta. Cada uno detenta una porción del negocio y nadie se mete con el mercado del otro. Esto le permite a un boxeador como Mayweather escoger con quién y cuándo pelear sin necesidad de arriesgar su invicto.

mayweather venció a maidana por decisión mayoritaría en la primera pelea. foto: chicago tribune

TODOS BAILAN A SU RITMO

Un episodio que ilustra hasta qué punto los que dirigen el boxeo bailan al ritmo al que se le antoja a Floyd es el de los guantes que fueron utilizados en la pelea del 5 de mayo. El equipo de Mayweather logró evitar que Maidana peleara con los que normalmente usaba, argumentando que no eran aptos para la práctica del boxeo. La verdad era que la esquina de Floyd sospechaba que la distribución del acolchado de estos guantes haría más peligroso a Maidana, cuya mayor virtud es su potente pegada. La Comisión de Nevada le dio la razón a Mayweather y finalmente el argentino usó un par de guantes de ‘stock’ y no los que estaban especialmente acondicionados para él. 

Trascendió luego en algunos medios especializados que Floyd le habría pagado a Maidana 1.5 millones de dólares (100% de lo que le correspondía al argentino en la bolsa) para que ceda en su posición. Algo similar ha sucedido esta vez cuando no se ponían de acuerdo otra vez sobre el asunto de los guantes.

Si hay un denominador común en la carrera de Mayweather es que siempre ha llegado hasta donde la situación o el rival se lo exige. Por ese motivo se ha pasado los últimos 5 años paseando al mundo del boxeo con su esperado enfrentamiento con Manny Pacquiao. Por eso, como me recuerda Rafael, prefirió pelear por menos dinero con un boxeador del montón como Sharmba Mitchell en lugar de vérselas con Antonio Margarito. En la década del ochenta, por ejemplo, no hubiera podido darse ese lujo y muy probablemente hubiera perdido el invicto al tener que cruzar guantes con leyendas como Durán, Leonard o Pryor. 

Aquí es donde Rafael y yo discrepamos: Mientras que él sospecha que Floyd hubiera encontrado una excusa para no enfrentarlos yo creo que la manera distinta en la que estaba organizado el boxeo en ese entonces, cuando sí se enfrentaban los mejores, no le habrían dejado alternativa. En lo que sí estamos de acuerdo es en que boxeadores de mayor peso que pasaron por las categorías en las que él reina (siendo campeón mediano junior, rara vez pasa de las 150 libras) como Hagler, Hearns, e incluso Mike McCallum o John Mugabi lo hubieran despachado, asegurándole una visita a la sala de emergencias.

afp

EL NEGOCIO DE LA REVANCHA

En cuanto al resultado de la pelea de mañana, suscribo lo que dijo el ex campeón Ray Mancini en el blog BadLeftHook, en el sentido que si bien Maidana tiene el estilo que más lo complica –el del fajador que solo sabe embestir–, Floyd demostró desde el round 4 del primer combate que ya lo ha descifrado, y que no hay nada que nos haga sospechar que esta vez será diferente. Se trata otra vez de Floyd siendo Floyd, el de los riesgos calculados y mínimos. 

Espero una pelea entretenida, aunque siento no compartir la expectativa de muchos, quizá alborotados, repito, por la remota posibilidad de ver a Floyd derrotado. Por supuesto, estaré frente a la pantalla, libretita en mano apuntando round por round, como tantos sábados en las últimas tres décadas. Siempre es un placer ver boxear a Floyd Mayweather Jr. –sin duda el mejor pugilista de las últimas dos décadas– e intentaré olvidar durante esos 45 minutos que el mejor negocio no es para los que amamos el boxeo, sino para un empresario con guantes que se hace llamar ‘Money’.


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